Pedagogía
y Educación para la vida
De acuerdo a los diversos paradigmas se
establece la concepción de educación como un proceso por medio del cual el
individuo adquiere experiencias que lo tornarán más eficiente en las acciones
futuras. De tal manera que al reflexionar sobre este concepto, considero que
depende de la capacidad que tengamos de ofrecer una educación con significado,
que nos lleve a tener una participación en cualquier ámbito, ya sea individual
o colectiva, y todo dependerá de los conocimientos que como docentes
impartamos. Así mismo que la experiencia adquirida a través del proceso
educativo depende de factores importantes; como es la relevancia, ya que no se
puede hablar de una educación eficiente si no hay algo que la marque y la haga
productiva, sobre todo útil y que se relacione con el propósito de su vida. La
relevancia debe tomar en cuenta desde el niño, puesto que el proceso que va a
llevar de aprendizaje debe estar acorde con su etapa de desarrollo.
En consecuencia, al egresar de la
educación básica, los alumnos deben tener las habilidades de buscar
información, analizarla y tener una visión crítica de la realidad; comprender,
expresarse, razonar, resolver problemas, analizar, entre otros. Cabe destacar
que a través de la educación se genera el proceso de comprensión, apropiación,
procesamiento y aplicación de la información y por último las habilidades, que
se van adquiriendo con en desarrollo de conocimientos y se hace a fin una
práctica, puesto que aquí es donde se aplican.
En todo caso, no sólo tratamos de
transmitir conocimientos como docentes, sino de ayudar a abrir un horizonte
amplio sobre el alumno y así el poder cubrir las necesidades que la sociedad
exige, y darles las herramientas, habilidades, conocimientos, suficientes que
le permitan enfrentarse claramente a la vida, y que a su vez les ayude a reflexionar
los problemas y poder enfrentarlos con éxito; dado que, la educación se
desarrolla a lo largo de toda la vida, es un proceso continuo que acompaña y
atraviesa las vivencias de los individuos en distintos contextos y va más allá
de las instituciones dedicadas a la enseñanza.
Paradigmas Educativos
En este
sentido, la pedagogía parte de supuestos o ideas donde en cada época se le ha
dado una perspectiva al hombre como el elemento fundamental a través de la
historia, debido a que en torno a él surgen todas las concepciones y la manera
de cómo ha evolucionado en el ámbito educativo, lo que nos permite en la
actualidad determinar que la educación está presente en todas las actividades
de la vida colectiva a lo largo de la historia de la humanidad; en el devenir
cotidiano de las personas y de la sociedad y cuyo fin es lograr dirigir y
reestructurar su propio desarrollo en los diferentes ámbitos sustentados en
valores y principios.
La
educación debe enfrentar nuevos retos y complejos desafíos en torno a una
visión pedagógica reflexiva y a través de la cual el aprendizaje se proyecte hacia
la sensibilización humana, como un saber didáctico, como una competencia del
arte de enseñar haciendo énfasis en el aspecto fundamental del ser humano que
es la educación. Al respecto, el sistema educativo venezolano se ha conformado
progresivamente dando prioridad a políticas pedagógicas que favorezcan un
abordaje solo en conocimientos en función de la inserción laboral, descuidando
la esencia de formar para ser en un contexto más humano.
En este
sentido se reduce en un acto de consumo de conocimientos, creando fracturas
artificiales entre el hombre y su entorno; olvidando la condición humana, la cual
se caracteriza por la preservación de la vida, la convivencia y lo más
importante en este caso, la formación humana como misión con toda la
intencionalidad verdaderamente educativa en todos los subsistemas escolares;
así mismo, la importancia de la formación de personas autónomas y críticas,
educadas para ser y no sólo para hacer. Esta tendencia de los contextos
escolares los hace cada vez más competitivos, debilita el desarrollo integral
de los niños y adolescentes y por ende un desarrollo equilibrado de la
personalidad que involucre los factores afectivos, cognitivo y social, donde la
educación involucre todas las dimensiones de la personalidad humana y con
conocimientos y entendimientos cada vez más consciente de las posibilidades de
ser en lo individual y en lo social.
Sin
embargo, el potencial humano del niño debe madurar durante su trayectoria
educativa por cada uno de los subsistemas escolares favoreciendo una visión
crítica de su entorno que desarrolle la capacidad de valorar y valorarse como
fuente primaria de la humanidad y de la sociedad, que trascienda a la razón
lógica para abrirse a diferentes tipos de conocimientos como la intuición
concebida como una realidad cualitativa impredecible y generada a partir de sí
mismo. En este sentido, educar desde una pedagogía más humana significa
promover el aprendizaje y desarrollo del individuo para formar la persona con
una nueva manera de percibir el mundo, que favorezca una interrelación
compleja, no aislada ni fragmentada; el sentido de ser parte de un mundo en
armonía; que reconozca el aprendizaje como una dinámica personal con fases de
maduración y de intercambio con el entorno.
De tal
manera, que la pedagogía desde lo humano debe concebir el valor del individuo
no sólo como fuente de conocimiento propio, sino destacar la importancia de las
personas en la creación de conocimiento compartido a partir de su propia
experiencia basada en su identidad, valores y emociones; educar a la persona
total, siguiendo sus necesidades de acuerdo a las etapas de su vida; destacando
su potencial humano, estimulando y facilitando su desarrollo autónomo de
actitudes y aptitudes.
En tal
sentido, el rol de una pedagogía más humana debe fundamentarse en recuperar la
dignidad de las personas para enseñarles a vivir más humanamente; que se
recupere la apasionante aventura de ser persona, de darle relevancia al ser
humano; tal como refiere Fernando Savater (1999):
La principal tarea de la humanidad es producir más
humanidad. Lo principal no es producir más riqueza o desarrollo tecnológico,
todas esas cosas que no son por otra parte, desdeñables, sino que lo
fundamental de la humanidad, es producir una humanidad más consciente de los
requisitos del ser humano.
Aquí radica
la labor educativa, que enseñe al individuo a sacar a la luz ese ser humano que
lleva por dentro; que tenga las herramientas para construir su personalidad y
el rol que desempeñará en la sociedad de acuerdo a sus actitudes en un clima de
armonía y libertad; aprender a vivir y a convivir como seres humanos, a amarse,
a valorar la libertad y a ser más consciente; a desarrollar sus talentos y
posibilidades sin perder su propia autenticidad; a asumir la vida como una
tarea.
En efecto;
en el ámbito escolar, a cada estudiante se le debe enseñar a conocerse, a
valorarse y emprender con honestidad su propio proyecto de vida; tal como lo
refiere Eduardo Galeano, en el libro de los abrazos “cada persona brilla con su
luz propia entre todas las demás”; esto nos demuestra que cada persona es
única, con sentimientos propios; de ahí la necesidad de aprender a ser
agradecidos y humildes.
Desde esta
perspectiva humanizadora, se concibe la educación como un proceso que ayuda a
cada persona a ser emprendedora, a convertir sus carencias en fortalezas, a ser
perseverante, a enfrentarse con firmeza a las dificultades y a descubrir su
propia inteligencia en el pensar para saber, supone un proceso para razonar,
asumir una postura critica frente a los hechos y a la vida, producir
conocimientos, desarrollar la capacidad de comprender, comprenderse y
comprometerse en la vida para hacerse más humano.
A través de
una educación enfocada desde lo humano se pretende desarrollar la capacidad de
aprender, desaprender y reaprender; construir y reconstruir; transformar a la
educación tradicional y superar a las instituciones actuales, que enseñen más a
pensar que a repetir; a producir y reproducir; a saber utilizar lo que se sabe
y a ponerlo al servicio de la vida; en fin, a desarrollar su propia
inteligencia desde lo humano; aprender a convivir con los demás con la
naturaleza: aprender a comunicarse, a compartir la búsqueda de un desarrollo
sostenible que atienda a las necesidades de todos; que priorice la calidad de
vida sobre la cantidad, valorar a los demás, respetar las diferencias, ser
solidarios y justos.
MSc. Yamilis Berroterán
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